En el marc de la línia d’ocupabilitat de joves gitanos de la nostra entitat, vam organitzar la formació portada a terme per Jacinto Ela, exjugador de futbol del RCD Espanyol i que amb 13 anys va ser nombrat el millor jugador del món després de guanyar la Nike Premier Cup amb el RCD Espanyol. Aquesta activitat es finança a partir dels projectes Romapren, Serco i Sepal que, respectivament, compten amb el finançament de l’Ajuntament de Barcelona, la Generalitat de Catalunya i l’EFA and Norway Grants Fund for Younth Employment. Reproduïm algunes paraules de Jacinto Elá Eyene:
“Durante la segunda semana del mes de enero, tuve la posibilidad de aportar mi grano de arena en un taller de la Fundación Pere Closa. El taller consistió en una ponencia acerca de mi vida durante e inmediatamente después de ser futbolista profesional. Los destinatarios fueron adolescentes de la comunidad gitana del barrio de Hostafrancs.
Cómo ya he dicho antes, mi participación consistió en explicar algunos puntos importantes de mi carrera como futbolista profesional partiendo desde la edad infantil. De alguna manera intenté hacerles ver que no es oro todo lo que reluce y que todos tenemos miedo al futuro. Ya conocía de antemano la ilusión de muchos de estos jóvenes por ser futbolistas y por dedicarse a profesiones relacionadas con el arte y el deporte. Y no es culpa de ellos, la sociedad nos vende que cualquier profesión que no tenga el brillo de las mencionadas anteriormente, son un fracaso.
Sabiendo esto, mi intención principal fue ampliar el punto de vista de estos jóvenes y que sopesen la posibilidad de realizar cualquier otra profesión. Para ello les animé a luchar contra los prejuicios de la sociedad y de su propia comunidad. Que no están obligados a seguir los pasos de sus padres ni a hacer lo que la sociedad espera de ellos. Pero para lograr saltar estos muros, deben prepararse académica y profesionalmente y no tener miedo a lo desconocido.
Hice hincapié en los aspectos más negativos de mi carrera porque no creo que fuese de ayuda contarle únicamente las bondades. Aunque ya me lo esperaba, la actitud de los adolescentes fue ejemplar. No asistieron todos los que deberían por diversos motivos, pero los que vinieron fueron muy participativos. No son diferentes a otros jóvenes de su edad, tienen las mismas motivaciones y las mismas desmotivaciones. Intente hacerles ver eso”.